Es posible que hayas oído que la sal es mala para ti, pero un reciente estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad McMaster ha descubierto que, aunque un bajo consumo de sal es clave para las personas con hipertensión arterial, eliminar la sal de la dieta o consumirla en niveles inferiores a los recomendados, puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares e incluso de muerte. ¿Qué le pasa a tu cuerpo al dejar de tomar sal? Veámoslo.
Riesgos de dejar de tomar sal, según la Ciencia
La sal es una gran amiga del cuerpo humano y su salud. Sí, has leído bien.
Lo cierto es que la sal suele considerarse un enemigo de la buena salud. O mejor dicho, su exceso, ya que el sodio que contiene juega un papel importante en nuestro organismo. Es bien sabido que la OMS recomienda reducir el consumo de sodio a no más de 2 gramos al día, el equivalente a 5 gramos de sal.
Los investigadores de la Universidad McMaster descubrieron que un bajo consumo de sal se asociaba a un mayor riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares, así como por todas las causas, en personas sanas con una presión arterial normal.
Sin embargo, también descubrieron que esta relación no era válida para los pacientes con presión arterial alta. De hecho, los hipertensos que consumen menos de 3 gramos al día tenían un mayor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular y por todas las causas en comparación con los que consumían más de 6 gramos al día (la dosis diaria recomendada).
Cuando se piensa en ello, parece que nuestro cuerpo es bastante bueno para regular los niveles de sodio. No tenemos que hacer nada extra: comemos, bebemos y orinamos. ¿Qué podría ser más sencillo?
Por qué dejar de tomar sal es una mala idea sin una prescripción médica
La cuestión es que no toda la sal es igual. Y hay ocasiones en las que reducir la ingesta de sal puede tener algunos efectos secundarios.
El sodio es un electrolito que tiene funciones importantes, como facilitar los impulsos nerviosos y regular funciones corporales como el ritmo cardíaco, la digestión, la respiración y la presión arterial. El sodio ayuda a mantener el equilibrio de los fluidos dentro y alrededor de las células y contribuye a regular la función nerviosa y muscular.
La deficiencia de sodio da lugar a un trastorno conocido como hiponatremia, que puede estar causado por la ingesta de demasiada agua sin reponer el sodio perdido a través de fuentes alimentarias (que normalmente aportarían los electrolitos necesarios).
Los síntomas van desde calambres musculares leves hasta náuseas, vómitos, mareos, confusión grave, shock y coma, y a veces la muerte.
Si está pensando en eliminar la sal de su dieta, quizá se pregunte cómo afectará a su organismo.
Eliminar la sal de la dieta tiene algunos efectos secundarios bastante graves. El primero es la pérdida de líquidos corporales, que puede provocar una presión arterial baja, un volumen de sangre bajo y calambres musculares. Además, también existe la posibilidad de que experimentes debilidad y mala memoria, así como falta de concentración.
Y, por último, si no sustituyes el sodio que pierdes al eliminar la sal de tu dieta, podrías provocar acidosis -lo que significa una acumulación de ácido en el cuerpo-, así como otros problemas de salud graves como la hipertensión arterial y las enfermedades cardíacas.
Así pues, el cuerpo necesita la sal para un correcto funcionamiento. Modera su consumo pero no te arriesgues a eliminarlo por completo salvo prescripción médica, en cuyo caso se deberá a una razón de salud mayor.