El invierno es para muchos una de las épocas más bonitas del año, y, en según qué entornos, una de las más peligrosas si no se actúa antes de que lleguen las bajas temperaturas.
Levantarte y salir de casa y encontrarte con que tienes el camino helado, no es muy agradable por mucho que el paisaje sea espectacular.
Tenerlo en cuenta es fundamental para que las frías temperaturas nocturnas no impidan que tu día comience con normalidad.
El hielo en las aceras y caminos es un problema que tienes cada año y para el que, a estas alturas, debes tener pensada una solución.
¿Por qué el hielo es un problema?
El hielo puede parecerte inofensivo, pero cuando se acumula en superficies donde transitamos a diario, como entradas, aceras o carreteras, se convierte automáticamente en un riesgo.
¿Por qué?, por la combinación de dureza y resbaladicidad, que ocasiona accidentes para todo aquel que circula por ellas, ya sea a pie o en cualquier vehículo.
Riesgo de caídas y demandas
Una superficie helada es extremadamente resbaladiza, especialmente si no está tratada adecuadamente.
Tanto tú como quienes visiten tu hogar o negocio estáis a nada de sufrir caídas, que puede llevar a golpes o fracturas, y, a posibles reclamaciones legales si el accidente ocurre en una propiedad bajo tu responsabilidad.
Accidentes de vehículos
Evitar caminar en esos días y coger el coche tampoco es buena solución.
El hielo en caminos o entradas para coches es una amenaza seria para los conductores, los neumáticos pierden tracción sobre superficies heladas, lo que aumenta el riesgo de patinar y dificulta el control del vehículo.
Todo esto provoca desde pequeños deslizamientos sin apenas importancia hasta accidentes más graves.
Imposibilidad de realizar actividades cotidianas
Dificulta tareas simples como salir de casa, sacar la basura o cargar cosas al coche, incluso caminar con cuidado se vuelve una aventura cuando el suelo está congelado.
Esto hace que pierdas tiempo y energía en una rutina que debería ser sencilla.
Daño a las superficies
Cuando el hielo se forma y permanece durante mucho tiempo, provoca daños a las superficies.
Te ponemos unos ejemplos: grietas en el pavimento o las baldosas se agrandan con la acción del agua que se congela y expande, no solo eso, sino que las entradas de hormigón o ladrillo se deterioran más rápido si no se toman medidas para evitar la acumulación constante de hielo.
Impacto en la accesibilidad
El hielo es especialmente problemático para personas mayores, niños pequeños o aquellos con movilidad reducida.
Sin una solución adecuada, se enfrentan a grandes dificultades para moverse con seguridad en superficies heladas, un límite para su autonomía que aumenta su vulnerabilidad.
Problemas indirectos por el frío
Cuando ignoras el hielo acumulado, el problema se extiende más allá de los riesgos inmediatos.
Por ejemplo, si una capa de nieve se congela y no se limpia a tiempo, se compacta y es mucho más difícil de retirar más adelante, algo que complica aún más las tareas de mantenimiento y aumenta los costos en el largo plazo.
Por todo esto, tomar medidas efectivas contra el hielo no es solo una cuestión de comodidad, sino también de seguridad y cuidado, e ignorarlo te trae consecuencias importantes, tanto para ti como para tus propiedades.
Los métodos caseros más comunes para deshielo
Como para cualquier cosa, existen métodos caseros que lo solucionan, por lo menos lo intentan.
Otro tema es que sean o no efectivos, veámoslo.
Agua caliente
Verter agua caliente sobre el hielo pensando que lo derretirá al instante, aunque parece lógico, este método tiene un gran inconveniente: el agua se enfría rápidamente y puede volver a congelarse, creando una capa de hielo aún más resbaladiza y peligrosa.
Por no hablar de que no es práctico ni eficiente para cubrir áreas grandes.
Arena o tierra
Usar arena o tierra es otra opción común, no porque derritan el hielo sino porque mejoran la tracción, reduciendo el riesgo de resbalones.
Sin embargo, la arena puede ser un desastre cuando se acumula, ya que obstruye desagües y ensucia las superficies, lo que lleva a más trabajo de limpieza.
Alcohol o vinagre
Otro método que vas a escuchar, y bueno, aunque estos líquidos ayudan a disminuir la temperatura de congelación del agua, necesitas grandes cantidades para lograr resultados visibles, en definitiva muy costosos y poco eficiente.
Además, pueden dañar ciertas superficies.
Urea (fertilizante)
Aunque puede derretir el hielo, no es tan efectivo como la sal y tiene el inconveniente de ser más caro, además, en altas concentraciones, la urea puede dañar la vegetación y contaminar el agua.
¿Por qué la sal es la mejor opción?
A diferencia de los métodos caseros, la sal es una solución comprobada y altamente efectiva para el deshielo.
Al esparcirla, reduces el punto de congelación del agua, lo que hace que el hielo se derrita incluso en temperaturas bajo cero.
Las ventajas de usar sal para deshielo empiezan con la efectividad de sus resultados, la sal comienza a actuar rápidamente y es capaz de cubrir áreas extensas con facilidad.
En cuanto a la seguridad, reduce el riesgo de accidentes al eliminar la capa de hielo resbaladiza.
Es más económica que otros métodos, como el uso de alcohol o fertilizantes, y usada con moderación, es segura y no causa los problemas que algunos productos químicos pueden generar.
Cómo aplicar sal para el deshielo
Para obtener los mejores resultados, y que la sal funcione de manera adecuada cuando se enfrenta a una superficie helada, puedes seguir estos pasos:
Limpia la superficie, antes de esparcir la sal, retira la nieve acumulada, eso te asegura que actúe directamente sobre el hielo.
Usa la cantidad adecuada, no es necesario exagerar, una capa uniforme y moderada es suficiente para derretirlo.
Ten paciencia, da tiempo a la sal para que haga su trabajo, en cuestión de minutos, notarás cómo comienza a deshacerse.
Recoge los residuos, una vez que el hielo se derrita, barre los restos de sal para evitar que se acumulen.
Aunque los métodos caseros parecen más sencillos, atractivos, y los tienes a mano, rara vez son tan efectivos como la sal, así que la conclusión es: sí, necesitas sal para deshielo.
No solo es la opción más eficiente, sino también la más práctica y económica.