No es casual que un día para la defensa del medio ambiente se denomine «madre tierra». En la antigüedad se adoraban a diosas madres, en general como símbolo de la fertilidad. En algunas ocasiones era la Madre Tierra la venerada. Se le daba gracias por todos los frutos y alimentos que proporcionaba. La representación física en las civilizaciones occidentales de esta Diosa va desde la Cibeles a Dione. La protección de la madre tierra debe ser un objetivo de todos los países del mundo. La preocupación por su «salud» debería ser la clave de todas las políticas internacionales.