Con la llegada del invierno, la sal cobra relevancia, especialmente en las zonas donde las nevadas son intensas y las carreteras terminan cubiertas de nieve. En todos estos lugares es común que se arroje sal para nieve tras las nevadas e incluso anticipándose a ella, debido a su cualidad de derretir la nieve y deshacer el hielo.
Ahora bien, ¿por qué se echa sal a las carreteras? El efecto de la sal sobre el hielo y la nieve ha sido documentado desde hace mucho tiempo. Según la Sociedad Estadounidense de Química (ASC por sus siglas en inglés), se viene utilizando sal para derretir el hielo de las carreteras desde el año 1930.
¿Cuál es el efecto de la sal sobre la nieve?
Popularmente se dice la sal derrite la nieve, pero la realidad es un tanto más compleja. El hielo se forma cuando el agua alcanza su punto de congelación (0°C), pero el agua salada se cógela a -6°C, por lo que al aumentar la cantidad de sal, el agua necesita cada vez mayor cantidad de frío para congelarse.
Entonces, la sal no derrite el hielo sino que baja el punto de congelación del agua. Esta sería la explicación más sencilla posible para el fenómeno y por tanto, cuando colocamos sal sobre las carreteras, se disminuye el punto de congelación y por consiguiente la nieve que cae termina derritiéndose, garantizando el paso de vehículos con mayor seguridad.
Así, el hielo sobe el pavimento se descongela y mantiene en estado líquido, ya que solo podría congelarse a una temperatura constante que promedie los -21°C.
¿Cómo se utiliza la sal para nieve en las carreteras y cuánta es necesaria para prevenir que la nieve cuaje?
La sal para nieve, en esencia es sal marina de la misma que utilizamos en la cocina, aunque existen sales específicas para este tipo de superficies. Lo primero a realizar será retirar la nieve acumulada y esparcir sal sobre la superficie, lo cual ocasiona que sus propiedades hagan efecto acelerado y la nieve comience a derretirse.
Para que todo el proceso funcione, el agua debe encontrarse en estado líquido. Esta es la razón por la que se utiliza como medida preventiva, rociando las carreteras con sal antes de que se produzca la nevada y se acumulen placas de hielo. Echar la sal sobre el hielo es menos eficiente porque habría que esperar que la fricción funda el hielo para disolver la sal.
No existe una cantidad específica de sal para nieve que deba utilizarse. Por lo general se agrega sal en abundancia sobre el pavimento pero sin una medida exacta y sin llegar a cubrir todas las zonas. La sal para nieve es perfecta para utilizarse sobre el asfalto y rampas, teniendo una demanda importante por parte de las comunidades de vecinos.
No obstante, el uso de sal también tiene un aspecto negativo, ya que el cloruro de sodio corroe los metales y reseca la piel de la mayoría de animales domésticos tras una exposición continuada.