La sal no deja de sorprendernos, cuando piensas en ella, la imaginas en un recipiente en tu cocina, o dando sabor a tus platos, pero hay mucho más.
La sal te aporta montones de beneficios, y uno de ellos es hacerte olvidar un día terrible y conseguir que lo termines relajado, y con energía, para empezar el siguiente.
Basta con llegar a casa después de un mal día, o sencillamente sin ningún motivo, prepárate un baño con sales de baño del que, seguro, vas a salir como nuevo.
Destacamos hoy este uso diferente de la sal, y veamos por qué nos hace sentir así de bien.
¿Qué son las sales de baño?
Las sales de baño son cristales de minerales que se disuelven en el agua, y te proporcionan esa sensación en todo tu cuerpo con efectos revitalizantes y terapéuticos.
Se trata de minerales pulverizados añadidos al agua que consiguen sensaciones relajantes en tu cuerpo, cuidando tu piel durante ese proceso.
Para explicarlo todo más fácil, los dos ingredientes fundamentales son la sal de mar y, como mineral principal, magnesio, una combinación que consigue hacer olvidar el cansancio y el estrés de quien se sumerge.
Ingredientes básicos de las sales de baño
Ambos, la sal de mar y el magnesio, se combinan y surge la magia.
La razón es que las propiedades que aportan al agua de tu baño de manera independiente, se acentúan una vez que se unen y trabajan en equipo
La sal de mar, actúa en el exterior
La sal de mar se dirige principalmente a tu piel, donde presta mucha atención.
Entre otros, calma el ardor, rejuvenece las células eliminando las muertas, y previene la aparición de manchas, además la mantiene elástica, libre de grasa y suave, sin olvidar que ayuda a la recuperación de los electrolitos que pierdes durante el día.
En definitiva, este integrante del equipo actúa en el exterior cuidando, y protegiendo tu piel, manteniéndola limpia, regenerando los tejidos, y cicatrizando heridas.
El magnesio, actúa en el interior
Por otro lado, tenemos los beneficios que sientes en tu interior, y de eso se ocupa la otra mitad del equipo, el magnesio, cuya facilidad de disolución facilita acelerar el comienzo de los efectos.
Junto a la sal de mar, actúa como tratamiento de dolores musculares y de las articulaciones, relaja y calma los nervios, mantiene en equilibrio de tu sistema nervioso y despeja las vías respiratorias, que completan ese estado de relajación total que sientes al salir del baño.
4 beneficios de las sales de baño
Ya te has hecho una idea de lo que se consigue con un baño de sales en cualquier momento del día, esa sensación de que se sumerge una persona y sale de ese baño otra, muy diferente, mucho más relajada y desestresada.
01.-Relajación profunda
Consiguen que tus músculos se relajen, que entres en un estado en el que sientes estar flotando, tu cuerpo se deja caer, con esa sensación cálida que te hace olvidarte de todo.
02.-Mejora tu sueño
Un baño de sales, después de un día estresante, consigue que salgas de él y puedas ir directamente a la cama, facilitando un sueño profundo del que vas a despertar sintiendo que, sin duda, has descansado.
Es una manera muy efectiva, y saludable, de combatir el insomnio, si, además, añades elementos que acentúen ese efecto, como lavanda o manzanilla.
03.- Luminosidad a tu piel
La sal tiene una propiedad estética muy importante, y con muchos beneficios para tu piel, la de exfoliar y eliminar las células muertas y dejándola suave y revitalizada.
04.- Desintoxicación total
Consigue eliminar toxinas y equilibrar tus niveles de minerales.
Usar las sales de baño te ayuda a aliviar el estrés mientras que tu cuerpo se desintoxica, tu piel se suaviza y tu mente se va calmando poco a poco.
Puedes incluir aceites esenciales, flores o plantas secas para completar la experiencia de relajación total tras un baño.
Baño de sales paso a paso
Todos esos beneficios no se consiguen así porque sí, es necesario hacer un uso adecuado, seguir unos pasos muy sencillos para aprovechar la experiencia relajante de añadir sal a tu baño.
Prepara el baño
Llena la bañera con agua tibia, asegúrate de que la temperatura sea agradable y relajante.
Mientras, enciende algunas velas aromáticas, pon música suave y crea un ambiente tranquilo, trata de conseguir el entorno en el que estés más a gusto.
Añade sal en la cantidad adecuada
Agrega la cantidad recomendada de sales en tu baño, generalmente, basta con unas pocas cucharadas, lee las instrucciones del tipo por el que te has decidido, y síguelas.
Es mejor que lo tengas en cuenta, y no te excedas de esa cantidad, hacerlo no aumenta los beneficios, aunque sí los efectos, y puedes llegar a sentir un agobio que te obligue a salir.
Espera a su disolución
No te metas de inmediato, espera a que comiencen a actuar.
Remueve el agua con las manos para asegurarte de que las sales se disuelven completamente, así aseguras una distribución uniforme de los minerales en el agua.
Sumérgete y disfruta
Un baño de sales reparador se consigue en unos 15-20 minutos, deja tiempo para que los minerales penetren en tu piel, y cumplan sus efectos relajantes y terapéuticos.
No quiere decir que pasado ese tiempo te debas salir o todo se estropee, puedes alargar el baño mientras te sientas a gusto, aprovechando la temperatura del agua.
Una vez que empiezas a sentir frío, o estás incómodo, sal para que los efectos no sean los contrarios a los que buscas.
Enjuágate al salir
Date una ducha con agua templada que elimine los residuos de sal que queden en tu piel, al final, y, por último, sécate con una toalla, suavemente, para mantener la hidratación.
Hidratación final
Lo ideal, es aplicarte una crema hidratante, o aceite corporal, después del baño, así mantienes tu piel suave e hidratada, y retienes estos beneficios durante más tiempo.
Tipos de sales de baño
Hay diferentes tipos, todas con sus mismos efectos, pero que se dirigen a algún beneficio en concreto, mejor que los conozcas para saber cuál necesitas en cada momento.
Sal de Epsom
Es una sal especialmente rica en magnesio, acentúa los efectos que te hemos comentado de este mineral, aliviar dolores musculares y mejorar la circulación.
Sal del Mar Muerto
Este caso, por el contrario, amplifica los efectos que produce la sal marina, y se centra en mejorar tu exterior, dejando la piel nutrida y protegida de los agentes externos.
Sal Rosa del Himalaya
Como la anterior, se centra en ayudar a tu piel, tiene grandes propiedades desintoxicantes, y un alto contenido de minerales esenciales que se unen al magnesio, para aumentar, todavía más, esa sensación de bienestar.
Sal de lavanda
Añadir este ingrediente botánico a la sal favorece esa relajación y te proporciona un efecto de calma y serenidad.
Tanto añadir lavanda como salvia a la sal, alivia dolores de las articulaciones y el cansancio muscular.
No cabe duda que la sal tiene innumerables usos, en este caso, queríamos hablarte de cómo aprovechar uno de ellos, además, fuera de la cocina, lo que lo hace mucho más sorprendente.