Cuida tu lavavajillas

Con el avance de la tecnología, las labores domésticas se hacen cada vez más fáciles. Sin embargo, la vida útil de los electrodomésticos depende de su mantenimiento preventivo. Uno de los aparatos más utilizados en casa por su ahorro de agua, detergentes y tiempo, son los lavavajillas. Para mantener en buen estado este electrodoméstico, es recomendable el uso de sal para lavavajillas.

¿Cómo cuidar tu lavavajillas con nuestra sal específica?

En algunas zonas, el agua es muy dura, lo que implica que se debe usar una sal que ablande el agua, mientras cuida tu lavavajillas y evita que se dañe.

La sal permite disminuir considerablemente la dureza del agua; eliminando la acumulación de cal en el interior del lavavajillas y evitando una posible obstrucción. Además, se evita que la cal que contiene el agua deje a la vista manchas en la vajilla, en vasos y copas de cristal.

En caso de no usar sal en el lavavajillas, es muy probable que la resistencia se calcifique, se caliente más de lo previsto y consuma mayor cantidad de energía eléctrica.

Cuida tu lavavajillas

¿Por qué elegir una sal específica?

La sal para lavavajillas es cloruro de sodio. Es una sal específica, sin carbonatos de hierro, para evitar que aumente la dureza del agua y se dañe el electrodoméstico. Tenemos a disposición de los clientes, diferentes productos:

Sal lavavajillas t3

Esta sal para lavavajillas, es una sal marina obtenida por evaporación natural del agua de mar. Es procesada, hasta obtener un nivel de humedad máximo de 0.2%. Los cristales son de color blanco, y solubles en agua.

Sal lavavajillas peladillas

Es una sal vacuum fina y seca, de muy alta pureza, que es sometida a un proceso de compactado. La forma es de pastillas, con una humedad máxima de 0.1% y es soluble en agua.

¿Cómo usar la sal en tu lavavajillas?

  • Busca el tapón que se encuentra en la parte inferior del lavavajillas y procede a desenroscar.
  • Si es la primera vez que se usa el lavavajillas, es indispensable llenar previamente el depósito con agua.
  • Coloca la sal específica con la ayuda de un embudo y cierra la tapa.
  • Ahora, selecciona el programa que más te convenga y pon en marcha el electrodoméstico para que fluya la sal.
  • Recuerda que la dureza del agua debe ser mayor a 16 miligramos por litro, de carbonato cálcico.

Consejos finales

  • Es necesario recargar el depósito de sal e inmediatamente poner en funcionamiento el lavavajillas para evitar que algún grano de sal derramado ocasione corrosión en la estructura de acero.
  • Evita el uso de sal marina gruesa.
  • Usa siempre sal especial para lavavajillas, pues impide apelmazamientos, por ser más gruesa y disolverse lentamente.
  • En caso de que la dureza del agua, sea mayor a los 40 miligramos por litro, de carbonato cálcico, es recomendable usar sal y el descalcificador que trae el electrodoméstico.
  • Revisa detalladamente el manual que incorpora el electrodoméstico, para verificar las recomendaciones para el uso de la sal.