La sal es uno de los ingredientes básicos en cualquier cocina, no solo realza los sabores, sino que también influye en la textura y conservación de los alimentos.
Sin embargo, muchas veces la usamos sin pensar demasiado, lo que, a menudo, lleva a cometer errores que afectan el resultado final de los platos.
Vamos a ver los errores más comunes al salar los alimentos y cómo puedes evitarlos para conseguir comidas equilibradas y que no pierdan nada de sabor (que para eso te pasas horas en la cocina)
El peligro de no salar bien
Salar bien un plato no solo es una cuestión de sabor, sino también como decimos, de equilibrio y textura.
La sal influye en cómo percibimos los sabores y tiene el superpoder de conseguir que un plato pase de insípido a delicioso con la cantidad adecuada, por no hablar de que hay casos, en los que no salar bien los alimentos afecta a su cocción.
Por ejemplo, en la carne, la sal ayuda a potenciar los jugos, mientras que en la pasta, el agua salada permite que la masa absorba mejor el sabor, así que como ves, un mal uso de la sal no solo arruina el gusto, sino que también cambia la textura de los alimentos, haciendo que algunos queden duros, secos o insípidos.
Estos son los errores más comunes que acaban con cualquier guiso que, de otro modo, sería delicioso:
01.-Sal en exceso: el error más temido
Uno de los errores más usuales: pasarse con la sal.
Un plato demasiado salado puede arruinarse por completo, ya que el exceso de sal enmascara los sabores naturales de los ingredientes y hace que la comida sea difícil (o hasta imposible) de disfrutar.
¿Cómo evitarlo?
Agrega la sal poco a poco y probando constantemente, recuerda que es mejor quedarse corto y ajustar después que pasarse desde el inicio, entonces ya es muy difícil de arreglar, para eso usa cucharas medidoras para evitar salar «a ojo».
Si te pasas, puedes intentar corregirlo añadiendo un poco de agua, más ingredientes o incluso una patata pelada para absorber parte del exceso de sal.
02. Sal en el momento inadecuado
No todos los alimentos deben salarse al mismo tiempo, en algunos casos, añadir la sal en el momento equivocado afecta la textura y jugosidad de los ingredientes.
Por ejemplo, si la añades demasiado pronto en las carnes antes de cocinarlas, pierden sus jugos y te queden secas, o en el caso de la pasta que hablábamos antes, no salar en el agua de cocción hace que termine sosa, ya que no se absorbe igual después.
¿Cómo evitarlo?
Las carnes, mejor justo antes de cocinarlas o más tarde, dependiendo del tipo de preparación.
La pasta siempre debe cocinarse en agua con sal para que tenga sabor desde dentro.
Las verduras pueden salarse después de cocidas para mantener su textura y frescura.
03. No usar el tipo de sal adecuado
No todas son iguales, y elegir la incorrecta afecta tanto el sabor como la textura de un plato, por ejemplo, la sal fina se disuelve rápidamente y es ideal para sazonar líquidos, mientras que la sal en escamas se usa para potenciar sabores en preparaciones ya listas.
¿Cómo evitarlo?
Usa sal gruesa en carnes y parrillas, ya que ayuda a formar una costra crujiente.
La sal en escamas es perfecta para espolvorear sobre ensaladas, pescados y postres.
La sal fina es ideal con recetas donde necesitas que se disuelva rápidamente, como sopas y salsas.
04. Olvidar salar ciertos alimentos
A veces, por miedo a pasarnos, nos olvidamos de salar ingredientes clave, lo que deja la comida sin sabor.
¿Cómo evitarlo?
Recuerda que alimentos como el arroz, la pasta y las legumbres deben cocerse en agua con sal.
Los huevos revueltos se benefician de un poco de sal antes de cocinarlos y así mejoran su textura.
Los postres también pueden llevar una pizca de sal para realzar los sabores dulces.
05. No mezclar bien la sal
A veces, la sal se queda concentrada en un solo punto y el sabor no se reparta de manera uniforme.
¿Cómo evitarlo?
Mezcla bien la sal en los guisos y ensaladas para que se distribuya de manera homogénea.
Si estás usando sal gruesa, disuélvela primero en un poco de líquido o tritúrala para una mejor distribución.
06. No ajustar la cantidad de sal según el ingrediente
No todos los alimentos necesitan la misma cantidad de sal, no es igual que cocines con ingredientes como queso o anchoas, que con otros que de manera natural no tiene un sabor ya tan salado, en esos casos es importante reducir la cantidad de sal extra.
¿Cómo evitarlo?
Si la receta lleva embutidos o caldos comerciales, por ejemplo, pon menos sal y siempre siempre prueba antes de añadir más.
07. Usar sal refinada en lugar de opciones más naturales
Muchas personas usan solo sal refinada sin saber que hay opciones más saludables y sabrosas que, a lo mejor, son más adecuadas para los ingredientes que están utilizando en la receta.
¿Cómo evitarlo?
Prueba con sal marina o sal rosa del Himalaya, que tienen un sabor más natural y aportan minerales adicionales.
Si te gusta experimentar, prueba sales especiadas o ahumadas para darle un toque diferente a tus platos.
Salar bien los alimentos no es solo una cuestión de intuición, sino de técnica y un perfecto conocimiento de los tipos de sal de los que dispones en el mercado.
Con eso, y teniendo claro los errores que puedes cometer, para no hacerlo, sin duda vas a mejorar la calidad y el sabor de tus platos, de manera que sorprendas con sabores más equilibrados y guisos en su punto.