Cuando te paras a pensar en el mantenimiento de una piscina, lo primero que se nos viene a la cabeza es el cloro. Pero cada vez más personas están descubriendo una alternativa más cómoda, segura y natural: la sal para piscinas

Es una opción que consigue que mantengas el agua limpia, cristalina y desinfectada sin necesidad de echar cloro directamente. Vamos a ver cómo.

¿Cómo funciona una piscina salina?

No se trata de llenar la piscina de sal como si fuera el mar. Lo que se hace es añadir una cantidad controlada de sal especial para piscinas al agua, que luego pasa por un clorador salino. Este aparato transforma la sal en cloro natural, mediante un proceso llamado electrólisis. 

Así se mantiene el agua desinfectada sin que tengas que manipular productos químicos directamente.

Este proceso es muy sencillo y automático: cuando el agua salada circula por el sistema de filtrado, pasa por unas placas metálicas dentro del clorador. Ahí, mediante una pequeña corriente eléctrica, la sal (cloruro sódico) se convierte en hipoclorito de sodio, un desinfectante que actúa igual que el cloro convencional, pero sin sus efectos más agresivos. Una vez desinfectada, el hipoclorito vuelve a transformarse en sal y el ciclo se repite.

Este sistema no solo es eficaz, sino que es constante, lo que significa que el nivel de desinfección del agua se mantiene más estable y sin los altibajos típicos del cloro manual. Por eso, cada vez más propietarios de piscinas privadas y comunitarias están optando por esta solución más actual y saludable.

6 ventajas de usar sal en tu piscina

Además de mantener el agua en perfectas condiciones, usar sal en lugar de cloro convencional ofrece un montón de beneficios que vas a notar desde el primer chapuzón:

01. Menos irritación en ojos y piel

Una de las grandes ventajas de las piscinas salinas es que son mucho más suaves para la piel, los ojos y el pelo. Si tienes niños pequeños o piel sensible, lo vas a notar enseguida. Olvídate del escozor al abrir los ojos bajo el agua o del olor fuerte a cloro.

02. Agua más agradable

El agua con sal tiene una textura más sedosa y natural. No llega a ser salada como en el mar, pero sí se nota un toque diferente, más suave y agradable al bañarte. Nadar en una piscina salina es una experiencia diferente que no te esperas.

03. Menor mantenimiento

Al no tener que estar añadiendo cloro manualmente cada poco tiempo, el mantenimiento se vuelve mucho más cómodo. El sistema de electrólisis hace prácticamente todo el trabajo por ti. Solo tienes que vigilar los niveles de sal de vez en cuando y limpiar el clorador cuando lo necesite.

04. Más respetuosa con el medio ambiente

Como se reduce el uso de productos químicos, las piscinas con sal son más ecológicas. Además, se generan menos residuos en envases y transporte de productos, lo que también es un punto a favor si buscas opciones más sostenibles.

05. Ahorro a medio y largo plazo

Aunque la instalación de un clorador salino puede suponer una inversión inicial, a la larga te ahorras dinero en productos de mantenimiento. La sal se repone muy de vez en cuando, y no necesitas comprar cloro líquido, pastillas o productos correctores tan a menudo.

06. Agua siempre limpia y desinfectada

El sistema salino mantiene una desinfección constante, lo que reduce el riesgo de que aparezcan algas o bacterias. El agua se mantiene más estable, sin tantos altibajos de pH o cloro, y con menos esfuerzo por tu parte.

¿Qué tipo de sal se usa en una piscina?

Para mantener tu piscina en buen estado, no sirve cualquier tipo de sal. 

No vale la sal común de cocina ni tampoco la sal gruesa sin tratar. Lo ideal es usar una sal especial para piscinas, con un nivel de pureza mínimo del 99% en cloruro sódico (NaCl) y libre de metales pesados o elementos que puedan dañar el clorador o provocar manchas en el vaso de la piscina.

Este tipo de sal está pensado específicamente para sistemas de electrólisis, lo que significa que no solo se disuelve más rápido, sino que además protege el equipo y alarga su vida útil. Si utilizas una sal no apta, vas a obstruir o corroer el clorador, empeorar la calidad del agua o incluso generar sedimentos que acaban afectando a la bomba y al filtro.

Existen diferentes formatos y presentaciones según lo que necesites: sal en pastillas, en escamas o en cristales más o menos gruesos. 

¿Cuánta sal necesita una piscina?

La cantidad de sal depende del volumen de agua y del sistema de cloración que tengas instalado, pero por lo general se utiliza entre 4 y 6 kilos de sal por m3 de agua.

Una vez añadida la sal, no hace falta reponerla a menudo, salvo cuando se produce una pérdida de agua importante (por ejemplo, si vacías parte de la piscina o hay muchas salpicaduras y evaporación en verano).

Por eso, aunque parezca que necesitas mucha cantidad al principio, no tendrás que estar comprando sal constantemente, como sí sucede con los productos de cloro.

En Sal Roca puedes encontrar sal especial para piscinas en distintos formatos, con entrega rápida y asesoramiento si lo necesitas. Si tienes dudas sobre qué cantidad comprar o qué tipo elegir, te ayudamos, solo tienes que contactar con nosotros.

¿Y si ya tengo una piscina con cloro?

No pasa nada.

Si ya tienes una piscina convencional, puedes adaptarla fácilmente al sistema salino instalando un clorador. Es una transformación sencilla, y una vez hecha, solo tendrás que añadir la sal al agua y empezar a disfrutar de todos sus beneficios.

Usar sal en tu piscina no solo es una opción cómoda y eficaz, sino también una experiencia de baño más saludable, natural y respetuosa con el entorno. Si estás pensando en dar el paso, te ayudamos a elegir la sal especial que tu piscina necesita.

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